Todos tenemos capas, capas que nos «cubren», que están sobre nuestra esencia, se han formado con las experiencias, tomar conciencia de estas capas es el primer paso para saber si me facilitan el trayecto o me están limitando el camino.

En nuestro caso, a las mujeres, nos otorgan una capa, una gran capa que envuelve nuestra vida. «La capa por ser mujer debes….»

Esa capa como niña primero y después como mujer fue conmigo gran parte de mi vida, es tremendamente “útil” para mantenernos a las niñas y mujeres donde “tenemos que estar” para indicarnos «como tenemos que ser».

Comienza hilvanándose casi desde el momento de nuestro nacimiento, incluso desde que se sabe que somos niñas en el útero de nuestras madres, a través de instrucciones muy sutiles, es tan insistente, persistente y bien vista que sin darte cuenta te ha envuelto, te “tapa” de forma inconsciente, te abriga a la vez que te asfixia, es tan engañosa que en ocasiones llegas a creer que te protege.

Esta capa lleva cosidas normas y creencias muy claras y firmes:

Por ser mujer

  • Debes ser niña buena, es mejor y será tu vida más fácil si eres obediente, callada, quieta, quieres ser princesa, vestirte de rosa, jugar con muñecas y cocinitas, las niñas que juegan al futbol, coches, desobedecen, se tiran por el suelo o trepan por los árboles pueden correr el riesgo de ser “marimachos”, las niñas transgresoras no gustan, no son aceptadas, populares, no encajan.
  • En tu etapa adolescente y juvenil debes querer maquillarte, peinarte, vestirte femenina, pero no demasiado llamativa, has de tener muy claros los límites de tu vestimenta, como y cuanto has de hablar con los chicos, no te muestres demasiado social ni abierta, ni vuelvas sola a casa, y mucho menos después de haber bebido alguna copa de más, no te metas en portales con hombres, puedes estar exponiéndote, pidiendo guerra a gritos y tal vez si tienes la terrible experiencia de experimentar abuso sexual-violación y no has dejado muy claro que no es no, estés siendo responsable de tu propia violación.
  • Mientras estés soltera, no mucho tiempo a poder ser, no más de los 35, debes buscar activamente pareja, una mujer sola no sobrevive fácilmente, por supuesto un buen macho salvador, para que te proteja en la salud y en la enfermedad.
  • Has de ser buena esposa, dispuesta para la promoción del hombre, estar en el papel secundario del realmente protagonista y que no se te olvide, fundamental seas capaz de satisfacer las necesidades básicas y primarias del otro, debes hacerte cargo adecuadamente de sus necesidades físicas, no vaya a ser que no le aportes lo necesario y se vea en la coyuntura de tener que buscar fuera lo que no tiene en casa, y eso en la mayor parte de los casos será culpa tuya
  • Debes ser una óptima gestora del hogar, buena cocinera, limpiadora, organizadora…
  • Debes ser una madre abnegada, lo más importante en la vida de una mujer es el momento en el que es madre y los posteriores, el instinto maternal te tiene que nacer de las entrañas ya que el amor maternal no tiene límites ni condiciones.
  • Si eres una mujer emprendedora, dinámica y además quieres trabajar fuera de casa, porque tienes otras inquietudes y no te conformas con el espacio que te ha sido otorgado de base, debes ser una trabajadora tremendamente competente y puede que tal vez tengas la suerte de cobrar lo mismo que tus compañeros, eso sí que tus funciones primarias y principales no se vean mermadas. Mejor no tengas grandes inquietudes y objetivos, no se corresponden con tu género.
  • Debes estar física y estéticamente bella, con todo lo que eso conlleva en cuanto al peso, arrugas, canas, vestimenta y bellos varios…
  • En tu etapa de la jubilación, tu como mujer debes seguir haciéndote cargo de tu familia, marido, puede que de tus padres, suegros, nietos, mientras tu marido cobra su merecida jubilación por haber cotizado y puede disfrutar de su merecido descanso y tiempo libre, tú continuarás tu labor mientras no percibirás ni un solo céntimo por ello y en la mayoría de los casos ni agradecimiento, es tu obligación….

Y mucho más y nada menos te dice tu capa del debes por ser mujer…

Por supuesto que puede parecer una exageración leer toda esta lista tan extensa de debes en la vida de una mujer, que se acaban transformando en debos, a muchas personas puede parecerle lejano, obsoleto y superado, estoy convencida que serán muchos que lo rechazarán y negarán, pero os aseguro que hoy en día aún somos muchas las mujeres, incluso mujeres activamente feministas, que tenemos que hacer un ejercicio diario de conciencia para no dejarnos llevar por estos criterios socialmente establecidos.

Aun forma parte de la realidad que observo y vivo diariamente tanto en los espacios laborales, como en los de ocio, donde veo a las mujeres sobrecargadas de debos y he hecho, casi sin poder mantener una conversación, ya que continúan atendiendo y cuidando, 24 horas, 365 días al año. En esos mismos espacios suelo escuchar a los hombres hablar de sus logros personales, profesionales, deportivos, mientras las mujeres charlan sobre las necesidades de sus familias, mujeres tan competentes o más que ellos.

Grupos de WhatsApp de clases, cumpleaños, actividades extraescolares donde no hay un solo hombre…

Sí que puede verse en las salas de esperas de consultas de pediatras y reuniones escolares algunos padres, lenta y minoritariamente van llegando, ¿Al mismo ritmo que nosotras a los puestos de poder? ¿Serán datos correlativos?

Observo avances en este sentido, cada vez más hombres implicados e involucrados en las tareas tradicionalmente femeninas, hombres impulsados y motivados por mujeres sin capas o en proceso de destape.

Estas familias que están encontrando la complicadísima fórmula del equilibrio entre debos y quieros femeninos y masculinos.

Conozco algunos hombres, aún muy poquitos, conciliando, que han tomado conscientemente la decisión de llevar la mayor responsabilidad del cuidado de sus familias, de sus casas, de apoyar y acompañar en el desarrollo personal y profesional de sus mujeres, son muy pocos, casi no dan datos para estadísticas, pero ellas y ellos tienen mi mayor admiración.

Observo y escucho mujeres que sienten la presión de la maternidad y el matrimonio, cuidado a la familia, antes de incluso tomar la consciente y libre decisión.

Somos muchas las que hemos estado cubiertas con esta capa mucho tiempo y aún escuchamos.

  • «Tu sola no puedes»
  • «¿Aun no te has casado ni tenido hijos ni nada?»
  • «¿Vas a ir tu sola de viaje sin tu marido e hijos?»
  • «Donde esté una madre…madre no hay más que una»

Se puede resumir en debes SER MUJER PERFECTA cuidadora de todo lo que te rodee y ojo, no cuentes a nadie que estas empezando a cuestionarte esa capa ni mucho menos que te la vas a quitar, porque comenzaran a decirte que “de que te quejas, eso ya está superado, las feministas lo que queréis es la supremacía de la mujer, hay hombres que también son maltratados por mujeres…”.

Lo de los hombres es otro tema muy distinto que también les afecta y mucho, de distinta forma, por supuesto que flacos favores les hacen estos debes a los hombres y que también tienen los suyos y sienten la presión (la capa del debes por ser hombre), los ubica en posiciones nada fáciles en ocasiones, pero nada comparable en cuestión de poder y libertad.

Considero la mejor fórmula es avanzar unidos, pero antes hemos de hacernos autónomos, independientes, independizarnos, las mujeres hemos de aprender a querernos, valorarnos, creer que somos tan merecedoras como ellos para poder continuar e integrar.

En la mayor parte de los casos, al margen de violencia de género que requiere dedicación específica, no es cuestión de lucha, ni de batalla, es cuestión de conocer y equilibrar para poder integrar y avanzar juntos. Hemos de educar a las niñas y niños con modelos de igualdad de derechos y hechos:

¿Y qué pasa si no siento como míos todos esos debes?

¿Qué pasa si me quito la capa del debo y la cambio por quiero?

Yo, como mujer. ¿Qué quiero?

Puede ocurrirte que estés encantada con tu capa del debo del patriarcado y sea coincidente con el quiero, como según algunas mujeres me comentan, pueden estar cómodas en ese rol otorgado, totalmente respetable si es elegido de forma consciente y libre

Pero y si no ocurre así ¿Tengo derecho a quitarme esa capa que me han ido pegando a la piel desde niña a través de los cuentos que me contaban, de las canciones que me cantaban, de las enseñanzas en la familia y las escuelas, de los juegos a los que jugaba, de los modelos que he tenido…?

Y está tan pegada que casi se ha convertido en carne viva.

¿Y qué pasaría si enseñamos a las niñas desde ya que pueden cambiar la capa del debes por la del quiero?

Esa capa me ha cubierto muchos años, creo que aún quedan retales metidos en mí, puede que hayan viajado hasta órganos vitales, hay cuestiones que no es posible ya cambiar, pero sobre como daré mis próximos pasos, será ya sin capa del debes por ser mujer, sobre todo la que me quieren imponer y no me siento identificada.

Por mi parte y desde hace muchos años acompaño a mujeres que su capa se ha convertido en escayola como método de protección para sobrevivir, mientras han recibido amenazas, insultos, agresiones, violaciones …tras tomar conciencia y decidir, se la quieren quitar, necesitan ayuda profesional, emocional, es un trabajo de acompañamiento cuidadoso, de mucho respeto y admiración, a veces tan solo con escuchar, comprender y valorar se va cayendo, otras requieren una ardua tarea de derrumbe y reconstrucción.

Entro en los centros educativos para evitar se construyan más capas del debes, acompaño a niñas a diseñarse la capa del quiero antes de que tú debes se convierta en debo y acompaño a niños en sus procesos del quiero para acompañar, cambiar y prestar sus propias capas con las de sus compañeras, en una convivencia de equilibrio que, aunque niñas y niños, mujeres y hombres seamos diferentes, podamos decidir en libertad y respeto.

Todas y todos formamos parte de la construcción de estas capas

¿Y tú que capas llevas?
¿Ayudas a construir capas como mujer debes o tú como mujer que quieres?