Texto extraído de mi artículo en el blog de Elena Arnaiz: Yo soy poderosa y tú también – Ver artículo
Desde niña me ha apasionado relacionarme con las personas, conversar y preguntar, conocer las vivencias e inquietudes de los demás, en ocasiones “preguntadora” sin freno, tanto, que en mi familia me ponían límite, “te queda una…” me decían. El momento de decidir en qué pregunta me centraba de todo lo que quería saber, me producía cierta ansiedad y bloqueo. En esa misma situación me encontré cuando Elena me dio la oportunidad de participar en su #HoyBrilla
¿Qué quiero compartir con vosotros?
De repente un día ocurre algo ¿Os habéis parado a pensar que las cosas pasan de repente? Esos “de repente” que conforman una nueva estructura personal, distinguir ese momento, ese segundo en el que todo adquiere un nueva dimensión, es único. Ser consciente de que a partir de ahí las cosas ya no son como eran y es el momento de rediseñarnos, reconfigurarnos, adaptarnos…
Causalidades casuales
Es necesario estar atento, para bien-usar esos de repentes, para ser consciente de que esos momentos ocurren frecuentemente y la vida te ofrece posibilidades de elección… una palabra, una mirada, un encuentro, una llamada, una canción, un libro, un beso, una noticia, un mail… a mí me gusta llamarlos causalidades casuales.
Siendo fiel a mi esencia de niña, continúo haciéndome muchas preguntas, ya que alguien hace tiempo me dijo que “el más sabio es el que más quiere saber”.
¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Qué ha ocurrido para que hoy Elena me haya ofrecido esta experiencia vital? Todo partió de una decisión que tomé no hace mucho, fue el día que decidí salir de la oscuridad y BRILLAR PARA MÍ, ese brillo me llevó a otros brillos, para mi familia, para mis amig@s y se fue extendiendo… He podido comprobar que es algo que se transmite y propaga si te lo propones. Sé que esa decisión dependió de mí, pero fue facilitada por MUCHOS que me hicieron ver que yo podía, mostrándome su propio brillo.
…saber esto que parece tan sencillo, es algo que algunos no nos damos cuenta hasta avanzada edad.
Llevo 14 años acompañando a mujeres valientes que han pasado por vidas tremendamente complejas y dificultosas, llegando de la oscuridad más absoluta, en la mayoría de las ocasiones haciéndose cargo en solitario de sus hijos, he aprendido mucho de ellas, observar como esas mujeres toman la decisión de brillar, brillar desde sí, para sí mismas, es un de repente que todo lo cambia.
Acompañarlas en ese momento ha motivado que me cuestione mi infancia, la de mis hijos y la suya, si bien es cierto que existen condiciones vitales que es muy complicado modificar, hay algo que siempre se puede reforzar y nos dota de gran PODER. La capacidad de brillar o lo que para mí es, la confianza en uno mism@ y la actitud positiva.
Yo lo llamo… “YO SOY PODEROSA”.
¿Qué hubiera pasado si yo cuando era niña y le hacía tantas preguntas al mundo, hubiera confiado ya en mis capacidades y no me hubiese dejado llevar por el miedo?
Estas experiencias vitales, un día, de repente (porque ya nos hemos dado cuenta que esos de repente no lo son tanto, sino que son la causa de importantes decisiones personales) me hicieron plantearme la gran pregunta ¿Qué puedo hacer yo para que esto se adquiera desde la infancia?
Mis proyectos más gratificantes y satisfactorios se centran en ello, facilitar, acompañar a todos los agentes de cambio, para crear nuevas formas de favorecer el desarrollo de los niños, sus competencias, habilidades y sus talentos, facilitando estrategias para regular las emociones, teniendo en cuenta los grandes cambios de hoy en día.
Hoy Elena me ofrece la posibilidad de brillar y este brillo llena de luz la misión que me he propuesto, como Elena, de hacer que otros brillen. Dotarnos desde niñ@s de confianza y poder personal, ir brillando a la vez que crecemos.
Muchos aún nos consideramos un poco niños, yo aún sigo creciendo. Nunca dejes de querer brillar.
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